¿Cómo podemos conectarnos?
Ana Ramos
9/19/20231 min read


Para estar bien conectado con el mundo propio es necesario que la persona se arriesgue a descubrir y llegar a los propios límites. La frontera de contacto se construye a lo largo de toda la vida, tiene la característica de cambio que permite a la persona realizar un ajuste adecuado y creativo en las distintas situaciones por las que va atravesando y es determinada por todas las experiencias de vida, por aptitudes aprendidas que sirven para vivenciar nuevos contactos.
Conforme la persona va creciendo, va fortaleciendo una capacidad de afrontamiento en determinados aspectos, pero esto a la vez puede traer resistencias en el crecimiento de otros aspectos de su vida, de su frontera, zonas que quedan rezagadas y que siguen anclando a la persona en la inseguridad y la duda. El miedo a la ruptura de la frontera habitual es más fuerte internamente que la pasión por lo nuevo, la persona por mucho que explore y modifique siempre tendrá a su disposición sus conocidas actitudes ante el mundo, sus normas ya conocidas de conducta y los viejos propósitos, evidentes o encubiertos, sus ajustes conservadores.
¿Cómo podemos conectarnos?
Formas de hacer contacto
Algunas de las formas de hacer contacto son: mirar, escuchar, tocar, conversar, la voz, la palabra, moverse, oler y gustar.
Mirar hacia otro lado, por ejemplo, es una forma de desviar el contacto visual, y el bloqueo del contacto visual se resuelve, restaurando la voluntad de ver y volviendo a sentir los efectos del mirar.
Todas las funciones de contacto están hoy amenazadas por la indiferencia de las personas o por la tecnología, como por ejemplo, el teléfono móvil (Whatsapp) que reduce las posibilidades del contacto. Ante esta realidad es necesario desarrollar nuevas facilidades de contacto: tocar, escuchar, conversar, moverse, oler o desarrollar nuevas herramientas, como: darse cuenta, hacer terapia, meditación, consciencia corporal o ajuste creativo.

